10º día del año: Proyecto educativo Colegio Filipense, Blanca de Castilla

 


¡Buenos días de nuevo!

Como ya habréis podido observar, en la entrada de hoy, hablaremos del Colegio Filipense, Blanca de Castilla situado en Palencia. 

Me hace especial ilusión compartir mi experiencia con vosotros, ya que ha sido mi segunda casa durante 15 años de mi vida, es decir, desde 1º de Educación Infantil, hasta 2º de Bachillerato. Además, a este centro también ha acudido mi madre, mi tía, mi hermano y actualmente mis primas pequeñas. 

En primer lugar, voy a explicaros qué tipo de centro es, y su ideario. Sí, es un centro concertado hasta 4º de la ESO. Sin embargo, en Bachillerato es privado. Se trata de un centro con un ideario religioso: 


4.1. Educar en Valores
En nuestros centros se acompaña con intuición y respeto el desarrollo integral de cada alumno/a, en un trato sencillo, acogedor, alegre y responsable. Nuestros Colegios están animados por equipos de educadores religiosos, laicos y colaboradores de actividades complementarias y extraescolares, transmitiendo valores y un estilo propio. 


4.2. El Estilo Filipense
La tarea educativa en nuestros centros está animada por un estilo propio, “el estilo Filipense”, plasmado en: 
• Un ambiente educativo donde la alegría y el buen humor facilitan la entrega, el esfuerzo y la ilusión en el trabajo. Donde la libertad, la sencillez y el mutuo respeto contribuyen al desarrollo armónico de la persona. 
• Una experiencia de creatividad y participación desarrollada en el trabajo de grupo y el asociacionismo juvenil, incluso más allá del ámbito escolar, en la ocupación del tiempo libre. 
• Una valoración festiva del encuentro y del compartir, a nivel personal y de grupo, promoviendo apertura, cercanía y cordialidad en la comunicación. 
• Una motivación constante al desarrollo de las posibilidades personales, a la capacidad de superación, a la profundización e investigación científica, tanto en el estudio como en el análisis crítico de experiencias y acontecimientos. 
• Un descubrimiento vital de la FE en Jesús y de la vivencia cristiana, con especial acento en el mensaje de Jesús, la acción del espíritu Santo en las personas y en la historia y una especial devoción a María. 
• Un talante cordial y sencillo que hace de nuestros Colegios y nuestras Casas, lugares de acogida, donde la Comunidad educativa vive unida, pone en común los intereses y problemas de la vida escolar y fomenta el encuentro, el diálogo y la comunión. 
• Una convivencia donde el estudio, el intercambio, la fiesta y la oración permiten sintetizar en el ambiente educativo CULTURA-FE-VIDA. 


4.3. Nuestros valores según el Espíritu de San Felipe Neri 
Por ello nuestra propuesta educativa pone el acento en valores cristianos a los que el hombre de hoy es especialmente sensible. Destacamos como propios de nuestros centros, según el espíritu de San Felipe Neri, los siguientes valores: 
• La alegría. En las relaciones que se establecen se transmite alegría, sentido de la vida, esperanza, nuevos horizontes y posibilidades. El educador Filipense trata de hacer del aprendizaje una experiencia de gozo que genere bienestar y alegría tanto al educador como al alumno, sin menoscabo del esfuerzo y la dedicación que la tarea de enseñar-aprender exige. 
• La sencillez y humildad.  dignifican a la persona. Vivir en sencillez conduce a una actitud solidaria y justa, a promover al otro y apoyarle. Los educadores Filipenses pretenden cultivar ambientes sencillos, alegres, serenos que se difunden y conservan con el gesto amable, donde se acoge con ternura, pero sin alabanzas ni halagos excesivos. 
• El afecto y la empatía. La empatía marca un estilo de relación porque fomenta la acogida del alumnado, promueve el diálogo, manifiesta interés por sus cosas, sus gustos, sus preocupaciones y sus dificultades. Se demuestra empatía prestando atención a todos, acogiendo su realidad. 
• La proximidad. La actitud de acogida y cercanía, el trato paciente y amable, el amor, la ternura… atraen y motivan a los alumnos. 
Interioridad y trascendencia. Nuestro modelo educativo contempla una pedagogía de la interioridad dirigida al despertar de la dimensión más profunda del ser humano, a entrar en el espacio interior de silencio y de recogimiento que hace posible la búsqueda de sentido y el trascender lo que es material. Mediante prácticas específicas, los diferentes niveles de la personalidad: física, mental, emocional… se serenan posibilitando entrar en el ámbito del misterio. Creemos que el trabajo de la interioridad es la puerta que da acceso a la comprensión y experiencia del mensaje evangélico de Jesús que tiene un gran poder educativo y transformador.  
Libertad respetuosa. Nuestros centros desarrollan la libertad de la persona mediante: 
La actuación libre y en respeto a la libertad de los demás. 
• La organización escolar corresponsable, promoviendo un ambiente de diálogo, acogida y participación. 
• La comprensión y la tolerancia
Responsabilidad consciente y lealtad con disponibilidad y gozosa entrega según el espíritu de nuestros Fundadores, amor al trabajo, servicio desinteresado, con profesionalidad y gusto por el trabajo bien hecho. 
Creatividad y espíritu de innovación: Calidad educativa, rigor científico, trabajo cooperativo, sintonía con los avances tecnológicos y enseñanza del plurilingüismo. 
Coherencia. Los actos del educador Filipense son consecuentes con sus pensamientos y con sus palabras. Por ello es un referente de autoridad, autodisciplina y orden. 
Solidaridad entendida como atención preferente a los sectores sociales más necesitados, sensibilidad para compartir, valoración de las cualidades y recursos de cada persona, actitud solidaria y de colaboración activa con todos los que luchan por construir una sociedad más solidaria.  
• La convivencia y la paz. Impulsamos la aceptación mutua, el trabajo en equipo, las relaciones fraternas, el respeto de las opiniones y de toda creencia, idea o costumbre. 
Multiculturalidad. En nuestra sociedad multicultural y con diversidad de creencias, damos especial importancia a aspectos tales como: el respeto a la diversidad y singularidad de las personas, la participación en el ejercicio democrático, y el aprecio de la propia cultura como fuente de enriquecimiento personal y grupal, nunca como causa de exclusión.


Tras mostrar el ideario del centro, no, no os preocupéis, todos los alumnos estamos bien. Y ahora, voy a compartir mi trayectoria educativa en este centro con todos vosotros, según mi experiencia, claro.

En educación infantil, recuerdo a todos mis compañeros felices, con nuestra profesora Lourdes, a la que yo llamaba "Lule", ¿por qué? pues no lo sé, pero para mí, era Lule. Ha dejado la docencia por motivos de jubilación y la recuerdo con tanto cariño... Recuerdo las visitas que hacían nuestros padres al aula para explicarnos a qué se dedicaban cada uno de nuestros padres. Ahora mismo, se ma pasa por la cabeza, aquella vez que vinieron los padres de Julia y trajeron un cordero a clase, ¡era tan mono...! Pero os podéis imaginar a veintitantos niños intentando acariciar al pobre animalito... Fue una época cubierta de serrín por los vómitos, tazas con nuestros nombres en el baño, vestidos llenos de "cositas" y heridas por el patio exterior. Menuda colección había, espero que recordéis el éxito que tuvieron en aquella época. 


En Educación Primaria, pude ver el cambio y el progreso de los seis cursos implantados. Empezaron las clases de flauta, plástica en inglés y las fichas de lectura tan largas en las que competíamos por ver quién era la persona qué más libros leía, el Camino de Santiago, las visitas a la Villa Romana de la Olmeda... No obstante, los mejores años sin duda, fueron los de la ESO y Bachillerato. 

Como ya he mencionado, en la ESO tuvimos muchísimas salidas. Fuimos a la nieve, a establecer los primeros contactos con el ski, las primeras noches juntos, los atasques del bus en Aguilar de Campoo, las salidas al Parque de Atracciones de Madrid, la Warner, los intercambios con Alemania, el viaje de Bilbao, el viaje a Santiago de Compostela... Ahora, haciendo memoria, cuánto salíamos... Fue una época en la que aprendimos muchas cosas. Además en Bachillerato, pudimos irnos a París, una semana inolvidable. 

En cuanto a la religión, todas las mañanas leíamos un libro en el que se presentaban diferentes oraciones o los profesores nos ponían vídeos sobre la reflexión y el análisis de los diferentes valores humanos. También estaba, la misa de la ceniza, la semana de fiestas... Todo fuese por perder clase. Las fiestas, creo, que es la mejor semana del año, los propios alumnos organizan actividades con los docentes para el resto de los cursos. Recuerdo hacer, el futbito, tanto femenino como masculino, el partido de baloncesto entre profesores-alumnos, las salidas de senderismo al monte en familia, la alegría y el compromiso de las familias, los discentes y los docentes, el día del bocadillo solidario, la actuación de los villancicos, los bailes que hacíamos en fiestas... No sé, lo recuerdo con muchísimo cariño. Ha sido la segunda casa de casi toda la familia. De hecho, me dieron clase profesoras que habían dado a mi madre y mi tía, o eran vecinas de ellas. 

Quiero destacar el papel de tuvo María Ángeles, profesora de Lengua y Literatura castellana de 1º y 2º de la ESO. Sin duda, fue la profesora que me marcó durante esa época, gracias a ella, sé lo que es la sintaxis, la crítica, el disfrute de la lectura y el compromiso con todo lo que hago. A veces me la encuentro por la calle y charlamos. Siempre me dice lo mismo: "eras tan cabezota pero te gustaba tanto lengua, pero claro, eras también un poco vaga, te recuerdo con tanto cariño, espero que tus próximas noticias sean que has conseguido todo lo que hayas propuesto". 

También recuerdo las risas que nos echábamos con Jesús en ética y filosofía, las broncas de Luis, porque las ciencias siempre se me dieron mal y ni yo mismo confiaba en sacarlo. Andrés también nos enseñó mucho, enseñaba con tanto cariño... En especial a Carmen, la responsable de que Ana y yo fuesemos al curso de mediación del colegio. Nos mandó porque tenemos un carcácter similar y un humor un poco raro, difícil de entender, nuestro cariño no era amor a simple vista, así que nos mandó de retiro para resolver esos aspectos. Nos lo pasamos tan bien... Pero vamos, que recuerdo a todos con especial cariño. La transmisión de conocimientos conllevaba amor, cariño, dedicación, respeto, tranquilidad, compromiso... Sí, todos los valores puestos en relieve están en su sistema educativo. A día de hoy, cada año, más o menos, todos los antiguos alumnos nos acercamos al colegio para contarles qué tal nos va. Además, cada ciertos años, se realizan quedadas de antiguos alumnos. Ojalá ver a mis antiguos compañeros triunfando en un futuro. 

Por todo esto, no puedo decir otra cosa que gracias a mis padres por poder ser educada en este centro, a los profesores por su dedicación y a mí, por saber aprovecharlo. 

Siento no poder haber puesto imágenes de todos estos años, pero siempre se dice que de los mejores momentos, nunca se tienen fotos. Lo que os puedo dejar, son dos vídeos que realizamos todos juntos, aunque a día de hoy dé un poco de vergüenza. 





¡Hasta pronto!





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